Es una ciudad de techos bajos, en realidad no la coronan grandes rascacielos ni nada parecido, su territorio, al igual que el resto del país tiene suaves ondulaciones y -para placer de sus caminantes- posee un solo cerro y no de gran altura, que se puede caminar sin esfuerzo.
El oportuno observador que se coloca en la azotea de algún edificio montevideano, tiene a la mayoría de la ciudad a sus pies y no mencionemos el espectáculo que se abre a nuestros ojos desde la Fortaleza del Cerro de Montevideo, con la bahía como espejo.
Hoy les traemos, estimados lectores, vistas de nuestra ciudad desde el aire, tal como la verían a su llegada a nuestro país si lo hacen por avión.
El oportuno observador que se coloca en la azotea de algún edificio montevideano, tiene a la mayoría de la ciudad a sus pies y no mencionemos el espectáculo que se abre a nuestros ojos desde la Fortaleza del Cerro de Montevideo, con la bahía como espejo.
Hoy les traemos, estimados lectores, vistas de nuestra ciudad desde el aire, tal como la verían a su llegada a nuestro país si lo hacen por avión.
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Esperamos que las disfruten y si desean las fotos en mayor calidad y tamaño, es solamente entrar a nuestro álbum en Picasa
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